Vol.3: A Homenaxe a Mella
Vigo. -Función en homenaje al finado notable escritor y Gerente de la Sociedad de Tranvías D. Ricardo Mella
A Andrés Bonader por ensinarme a celebrar a Vida
A Tod*s por Todo
Hace muy pocos años vivía en mi pueblo tranquilo y rodeado de placeres dulcísimos. Mi familia, mis amigos y un periódico constituían ellos solos un mundo de felicidades. Mi formalidad era escasa. Me hallaba bien siendo niño en todos mis gustos y aficiones, aunque por la edad ya fuera hombre. No tenía reparo en mezclar a mis tareas periodísticas, los deliciosos juegos de edad más temprana. El problema de la vida estaba para mí resuelto. Trabajaba como por placer, comía siempre con un hambre de rapaz correteado, y me divertía a mis anchas fuera de la vigilancia paterna. ¡Qué hermosas tardes aquellas que junto a mis amigos pasé en las afueras! ¡Qué deliciosos paseos aquellos que dábamos en el primer bote que habíamos a mano por la extensa y bellísima ría!
Porque te diré, lector, ya que no lo sabes, que mi pueblo y su ría es de lo más encantador que tiene España. Es Vigo, un pueblo de Galicia, quizás el más bello de todos, la mejor joya de nuestra Ilibernia, eternamente verde, de aquel paraíso de nuestra rica tierra. Si alguna vez te propones emigrar a alguna parte, no vaciles en la elección, vete a Vigo. Allí no encontrarás grandes medios de vida, pero no te faltará seguramente en donde ganar un pedazo de pan y ganarás, sin duda alguna, goces inefables para tu espíritu, calma inapreciable para en cuanto en ti vive y se agita, recreo inmenso para los ojos, todo, en fin, cuanto el hombre puede desear en aquellos momentos en que la agitación de las grandes poblaciones le abruma y le molesta, dejándose invadir por el disgusto y el cansancio de cuanto le rodea.
Pues bien; en este rincón vivía yo, según creo que he dicho, feliz y tranquilo. Estas luchas políticas, religiosas, económicas y literarias y artísticas que aquí nos sacan de quicio y nos alborotan la cabeza, eran allí para mi un pasatiempo sin disgustos. Discutíamos por darnos el gusto de discutir, predicábamos por el placer de predicar, y si alguna vez llegábamos a enfadarnos en la polémica, era para tener la satisfacción de hacer las paces al día siguiente. Gozábamos a nuestro modo con todas estas cosas, porque no llegaban nunca a alterarnos los nervios. Cuando más, nos incomodábamos como niños con sus juguetes, que después de haberlos roto lloran por ellos.
Pero poco a poco, sin saber por qué, fui perdiendo el gusto por todos aquellos placeres y por aquella vida tranquila. Tornábame adusto y melancólico, aborrecía a la mitad de las gentes por mi antes estimadas y comencé a no hallar en mi pensamiento más que acusaciones y furibundos ataques y en mi corazón amargos sentimientos, feroces anhelos. Despreciaba aquel aire marrullero de pueblo, aquellas chismosas gentes, aquel ir y venir de muñecos con barbas que no pensaban en nada serio, en nada importante. Me metía en la lucha feroz de las pasiones; escribía para arrojar sobre el papel toda la bilis que me ahogaba; trabajaba desesperado; comía a disgusto y ni aún en el seno de la familia me hallaba satisfecho. Subía a los montes que rodean imponentes la bella perla de los mares, y desde allí me complacía en ver a los hombres tan pequeños en lo físico como raquíticos los consideraba en lo moral, allá en medio de las calles y entre el ruido y el tráfico de la ciudad mercantil. Rondaba a menudo las playas de la grandiosa ría, y también allí, ante la inmensidad del mar, se me ofrecían las gentes en su mediocridad, en su pequeñez despreciable. ¡Qué diferencia entre el tenue murmullo de las aguas y el inficionado eco de las murmuraciones y hablillas de la vecindad! ¡Qué contraste el de la superficie transparente del mar y las afectaciones y oscuridades con que el hombre disfraza su naturaleza íntima! Cuando me internaba entre los árboles, en algún espeso bosque, todo me parecía sombrío, amenazador. El silencio del campo parecía arrojarme de allí como a hijo espurio. Su tranquilidad, su calma perfectísima, me repelían porque en mi pecho se agitaba impotente la pasión y en mi cerebro se revolvían furiosos encontrados sentimientos y aspiraciones, dando terribles gritos de combate. Yo era la guerra y no cabía al lado de la paz. Luché, luché siempre ansioso de sobreponerme a aquella naturaleza fría y rígida, a todo aquel mundo que se reía de mis afanes, a todos aquellos árboles y montes, que parecían decirme ¡tonto! pero al fin fui vencido. Tuve que batirme en retirada. Yo era la perturbación. El orden me alejaba de su lado. Huí. (Hope, "Contrastes" en El Productor, Barcelona 10/02/1887).
Fuxida ou desterro, o certo é que á particular relación de Ricardo Mella Cea (Vigo, 1861-1925) con Galicia lle queda moito por degrañar. En liñas anteriores escoitabamos a Hope, voz pouco coñecida de Ricardo Mella e que adoita ofrecer detalles íntimos da súa vida dado que para este agosto galiforniano de 2017 -onde o que prima na cidade olívica é a especulación urbanística e o total abandono do patrimonio natural, cultural e histórico- damos á luz o Vol. 3 da saga de Epifanías Libertarias: unha primeira inmersión na axitada e ignorada vida de Ricardo Mella dende a súa mocidade até o inicio do seu periplo andaluz. Hoxe O Marisquiño copa en Vigo case toda a atención da cidade, pero en décadas anteriores unha reunión na illa de Toralla en 1911: "Una fiesta de la cual saldrá algo práctico para Vigo. El tranvía eléctrico" (Noticiero de Vigo, 12/08/1911); a inauguración da súa circulación (Faro de Vigo, 10/08/1914) ou a propia morte de Ricardo Mella (Faro de Vigo, 08/08/1925) foran os sucesos que desviaran a atención da cidadanía viguesa. No entanto, desta volta a efemérides escollida versa sobre unha outra historia silenciada: a do traballo de José Villaverde como impulsor do Ideario (Gijón: Imprenta «La Victoria», 1926) de Ricardo Mella. Logo, resulta común falar do busto de Mella que loce no cemiterio civil de Pereiró (Vigo), pola contra non está moi estendida a outra parte da homenaxe: a que se opuxo a ese mausoleo e deu lugar ao devandito Ideario:
El Homenaje a Mella. Unas cuartillas y una adhesión. Hemos recibido unas cuartillas suscriptas por José Villaverde, en las que se opone a la erección del mausoleo que guarda las cenizas del llorado Ricardo Mella, proponiendo que, en su lugar, se haga una edición de sus obras para repartirlas entre el proletariado vigués. Nosotros no consideramos incompatibles ambas cosas y así como contribuímos pecuniariamente a la realización de la idea iniciada y ya en marcha, también hemos de sumar nuestro esfuerzo al de quienes se apresten a llevar a cabo el pensamiento del señor Villaverde. Permítanos este que por su carácter no publiquemos íntegras sus cuartillas, dadas las circunstancias que atravesamos (El Pueblo Gallego, 13/08/1925).
Aínda que é unha mágoa non coñecermos o contido desas cuartillas, aló menos sabemos que un mes despois tería lugar un "festival" coa finalidade de realizar a proposta de Villaverde:
El Homenaje a Mella. Un Festival. Como homenaje póstumo a la memoria de Ricardo Mella, se celebrará en el Teatro Tamberlick el martes próximo, 15 del corriente mes, una velada Artística-Literaria. Para esta velada homenaje se viene ensayando con gran actividad por un grupo de inteligentes aficionados a la comedia en un acto de Linares Rivas, "Querer y no querer" y el último acto de la hermosa comedia de Marcelino Domingo "Vidas Rectas". En los intermedios se leeran trabajos literarios dedicados al fallecido, y un hermoso poema que lleva por título "Giordano Bruno a sus jueces", esperando además la cooperación a este acto de la rondalla que integra la Agrupación Artística. (...) El ingreso total de esta velada, se dedicará a la edición de las obras que en vida escribió el inolvidable Ricardo Mella. (El Pueblo Gallego, Vigo, 10/09/1925).
Demorou ben poco Villaverde na execución do proxecto e contra novembro dese mesmo ano, o Ideario estaba deseñado e a suscrición para a súa edición aberta:
"Ideario" de Ricardo Mella. Próximanente comenzará la impresión del tomo primero de las obras completas del gran escritor libertario Ricardo Mella. Este primer tomo que se titulará "Ideario", contendrá los mayores estudios y artículos que escribió Mella, de 1900 a 1914, para distintos periódicos y revistas de España y el extranjero. (...) Siendo necesario reunir fondos para atender al crecido coste de edición de este tomo y de los demás que se piensa públicar de Ricardo Mella, se advierte a los camaradas que simpaticen con esta iniciativa que remitiendo por adelantado, antes de fin de diciembre, la cantidad de "cuatro pesetas", se les servirá directamente el volumen, cuando aparezca, en paquete certificado. (...) Los pedidos a José Villaverde, Calle Velázquez Moreno, 51, Vigo, y a la Administración de "Solidaridad Obrera", calle Cabrales, 88, Gijón. (El Pueblo Gallego, Vigo, 05/11/1925).
De certo, en xuño de 1926 o Ideario estaba na rúa e en 1934 imprentase Ensayos y Conferencias (Gijón: Tipografía «La Industria»). Porén, a publicación do proxecto das Obras Completas de Mella quedaría truncada pola guerra civil en 1936. Hoxe, unha inefable misión histórica lévanos a continuar o ronsel que iniciou Pepe Villaverde e que desexamos que sempre vaia ¡Máis Alá!
¡Terra a Nosa!
Vigo, 13 de agosto de 2017
We Hope Mella: outra historia da mesma historia
«El Sr. Mella (hijo) representa a la juventud ilustrada que sabe de donde viene y adonde va; a quien ni las salmodias de la Iglesia, ni las notas del Himno del Riego perturban el conocimiento. Quiere la emancipación de la conciencia y la emancipación del trabajador y templa su alma en la lucha para no cejar hasta conseguirlo. Su padre es el buen sentido, el espíritu popular personificado, borbotando verdades como puños vestidas de ingeniosas oportunidades que hicieron estallar ruidosas manifestaciones de contento». (Demófilo en "El banquete de Vigo", Las Dominicales del Librepensamiento, 24/09/1887).
Propoñemos con estas liñas un breve percorrido alén da sinatura R. M. para iluminar aspectos ignorados deste topógrafo, publicista e activista galego. Ricardo José Clemente Mella Cea nace na Cruz Verde (Vigo, Pontevedra, Galicia) o 23 de novembro de 1861 como fillo natural do sombreireiro Antonio José Mella Buján e de Dolores Cea Fernández segundo recolle a súa acta de bautismo. Sabemos que a súa familia (republicana federal e de tradición artesá por ambas partes) fomentou a súa inquietude intelectual e fixo deste un estudante autodidacta, mais ignoramos por fonte primaria máis detalles da súa mocidade até que en 1880 se manifesta no xornal El Estudiante (Pontevedra, 1879-1883), subtitulado naquela data, "redactado por alumnos el Instituto Provincial de esta Ciudad". Mella ten 18 anos e amosa unha escrita lúcida e punzante que evoca á da súa madurez. Se ben cremos que Ricardo estaría presente en números anteriores con "Tunantadas" (columna informativa e de opinión que en ocasións firma Ipse), non é até o 15 de maio de 1880 que verificamos a súa participación nel. Nesta data, El Estudiante publica "¿Dónde está la caridad cristiana?" coa rúbrica "R. Mella", primeiro artigo que hoxe coñecemos de el e que inicia afirmando: «La caridad, tal como se observa y se ha observado en todos los tiempos por la generalidad de los hombres, es la mayor y la más criminal de las hipocresías (...) tal cual la practican y la practicaron los fanáticos religiosos de todos los tiempos es el mayor de los insultos». No seu seguinte escrito, "El Verdugo", Mella pasa a analizar este como un inocente executor da lei, para despois reflexionar acerca da idea de xustiza e argumentar:
Hay un estado en Europa, en la Europa Civilizada, en la Europa moderna que paga al verdugo doce mil trescientos cuarenta escudos anuales, por matar. Hay en esta Europa del saber, en esta Europa científica, un estado (no habrá uno sino varios) que paga diez y siete duros diarios por ahorcar a nuestros semejantes! Las generaciones futuras admirarán de que al hombre se le pague por matar y no se le dé nada por vivir. Y en cambio, quizás en este estado, miles y miles de hombres en estos instantes supremos, no hallen trabajo para poder llevarse un pedazo de pan a la boca, y cuando tantos hombres laboriosos no tienen jornal, el verdugo tiene siempre su paga (El Estudiante, Pontevedra, 23/06/1880).
Este mesmo 23 de xuño de 1880 en que Mella concluía "El Verdugo"; desde Tui, El Eco del Miño, órgano portavoz deste núcleo eclesiástico dirixido por Justo Salvador Fortes, clamaba "Alerta!": «bajo la piel de mansas ovejas y gritando igualdad, libertad y fraternidad, se inocula en nuestros días el virus emponzoñado de la inmoralidad y del crimen». Sete días despois da alarma, o artigo "¡Alerta Está!" subscrito por R. Mella encabeza de novo El Estudiante. As infamias pregoadas por El Eco del Miño requirían contestación e Mella non puido evitar ofrecerlla:
Nuestro apreciable colega El Eco de Miño, en su número del miércoles 23 del actual, da la voz de alerta a la juventud, y a los creyentes del catolicismo. Mas al hacerlo es de una manera tan inconveniente que, estallando las fibras de nuestro corazón al contacto de tales palabras y tales ideas, no hemos podido resistir al deseo de decirle dos palabras. Harto se deja ver en el curso del artículo que vamos a examinar la funesta pasión de que adolecen todos los amigos de comparsa del colega tudense. El fanatismo religioso, ciego y atrevido, campea por todo lo alto en el mencionado artículo (El Eco de Miño, 30/06/1880).
O Ricardo Mella polemista e combativo que coñeceremos amplamente anos máis tarde xa emerxera. Tralo texto anterior, El Eco del Miño bautiza a Mella como "Un centinela dormido" nun artigo intitulado do mesmo modo e que sentenza: «recordaremos a todo el mundo católico que las doctrinas del Sr. Mella tienen sobre si el anatema de la Iglesia y de los Papas» (El Eco del Miño, Tui, 07/07/1880). Achegámonos ao Solsticio de verán de 1880. A partir de agora temos de observar a Mella coma un polígrafo natural, posuidor dunha calidade humana inherente, que atopa no xornal a ferramenta máis eficaz para denunciar a inxustiza e divulgar o seu Ideal. De seguido ao artigo "¡Alerta Está!" aparecerá a serie "¡Para Valientes...!" (El Estudiante, 28/07/1880-15/09/1880) que, pola extensión da súa argumentación, pode considerarse o seu primeiro opúsculo. Mella critica nel o inmoral comportamento da Igrexa, ao tempo que defende o librepensamento, a masonería e a actuación de Louise Michel na Commune de París. Tras "¡Para Valientes...!" tan só localizamos dous escritos máis coa firma "R. Mella" nesta publicación: "La Verdad" e "A la prensa galaica", artigos en que examina a situación económico-social en Galicia ao tempo que incita ao periodismo e máis ao pobo galego a organizarse para mellorar as precarias condicións de vida en Galicia. O 20 de novembro de 1880 concluiría a participación de Mella en El Estudiante, periódico que no tardou en pasar as súas columnas ao bando conservador. Finalizada esta controversia e posiblemente os seus estudos no Instituto Provincial, tras varios anos vivindo en Pontevedra (co seu tío materno Jacinto Cea, tamén sombreireiro), Mella volve a residir en Vigo, aló menos desde outubro de 1880.
Reincorporado na vida viguesa, Mella pronto aparece como redactor La Verdad, efémero periódico local que se inaugura o 2 de abril de 1881. José Elduayen (cacique local, deputado conservador e marqués do Pazo de la Merced) sería agora o "afectado" pola escrita de Mella. Nada mellor que ler a sentenza da Audiencia Territorial da Coruña do 22 de abril de 1882 para saber a razón da súa condena e posterior desterro:
Considerando: que el suelto en el periódico titulado La Verdad en la Ciudad de Vigo, correspondiente al 16 de Mayo de 1881 (..) contiene las injurias graves que se definen en los artículos citados del Código, imputando al Señor D. José Elduayen una falta de moralidad y pureza en el desempeño del cargo de Director del Banco Nacional, con el propósito de perjudicar su honra y desacreditarle ante el país donde es más conocido y en que tiene más interés en conservar su buen nombre y reputación: siendo tanto más graves las injurias encuanto que se dirigen contra una persona constituida en alta dignidad, ya por su posición social, ya por los elevados cargos que ha desempeñado en administración. Considerando: que por confesión explícita del procesado Don Ricardo Mella y Cea, el fue el autor y único responsable del suelto injurioso de que se ha hecho mérito; sin que pueda servirle de disculpa, el manifestar que no hizo otra cosa que compendiar uno de tantos rumores que en aquel día circulaban en la población con motivo de la salida del Señor Elduayen para la Corte; ni el que intentara desvirtuar el suelto, con la publicación de otro en el número siguiente; porque el mal ya estaba causado desde el momento en que se dio a la publicidad por medio del periódico. Fallamos: que revocando como revocamos la sentencia que en doce de Setiembre del año último dictó el Juez de primera instancia de Vigo, debemos condenar y condenamos a Don Ricardo Mella y Cea (Archivo del Reino de Galicia, Audiencia Territorial da Coruña, Sig. 44358, L. 9686).
Quizais só ao coñecer a traxectoria vital de Mella, logramos entender como un rapaz de dezanove anos puido pór en perigo a reputación deste "honorable" marqués. O proceso dilataríase dende a primavera de 1881 até decembro de 1882, data en que o Tribunal Supremo rexeita o recurso de casación interposto por Mella á sentenza da Coruña e obriga a Ricardo a partir cara a Madrid en xaneiro de 1882. Agora ben, este proceso incoado por orde de Elduayen só acendería máis o desexo de xustiza no vigués. O 31 de xullo de 1881, con administración e redacción na sombreirería de José Mella, publícase en Vigo o primeiro número de La Propaganda, subtitulado "Revista Semanal consagrada a la Ilustración de la clase obrera". Inicialmente federalista e impulsada por Mella, Joaquín Nogueira, Ángel Bernárdez e Federico Rodríguez, La Propaganda, ao igual que Ricardo, non tardou en decidirse pola ideoloxía anarquista. A represión gobernamental provocaría o paulatino afastamento dos redactores e semella que apenas Joaquín Nogueira e Ricardo Mella manteríanse nesta até a fin. De por parte, os exemplares conservados de La Propaganda inclinan a pensar en que desde os inicios desta houbo maior presenza por parte de Ricardo, quen sospeitamos que pode ser autor dos artigos subscritos por X., M. C., X. X., R. C. Micel ou R. ademais de textos anónimos. Na nosa opinión e fóra da persecución á que foi sometido, Mella, sabedor de que mostrar a súa identidade podía levar a prexulgar os seus escritos antes que a reflexionar sobre o seu contido, preferiría difundir o Ideal máis que consagrar o seu nome. Por iso optaría por un xogo de ocultación que tras La Propaganda continuou ao longo da súa vida: Hope, Raúl, Mario, Artistogitón, Clemente Cea o Dr. Alén son algúns dos outros pseudónimos que coñecemos de el ademais de abundantes textos firmados por "un obrero", "un trabajador" ou "un compañero".
La Propaganda finalizaría os seus días como "Semanario Social. Eco de la clase Trabajadora": o 4 de marzo de 1883 publicaríase o número 74 do ano III, época 2ª, último exemplar divulgado desta publicación. O número 75 sería secuestrado, denunciado e Joaquín Nogueira pagaría a multa con cinco días de arresto no cárcere. A sorte do nº 76 non variaría moito segundo informa a Crónica de los Trabajadores de la Región Española: "El núm. 76 de La Propaganda no se ha publicado, porque cuando se estaba haciendo el Gobernador mandó por dos ejemplares e hizo saber al impresor que si mandaba dicho número a Vigo, sería secuestrado y multado con 4000 reales" (Libro Primero, entregas 17ª e 18ª, extracto do 31 de marzo de 1883). Tras cerca de tres anos de fecunda contrainformación e incitación á organización obreira e tan só sete números despois da saída de Mella cara a Madrid para cumprir a sentenza de desterro, Vigo quedaba sen a máis valente das publicacións que coñecera até ese momento. Ricardo comezaba unha nova e axitada etapa en Madrid. Mais antes de entrar nela, rescatamos como testemuña anecdótica un solto recollido no Faro de Vigo para ilustrar a un tempo o modo de ser de Ricardo e a opinión que o núcleo conservador desexaba difundir de el:
PARA QUE SE CORRIJA. La junta directiva de la sociedad de bailes El Antifaz, cuyo presidente es D. Ricardo Mella y secretario D. Alfredo Sobral, no cumplen bien su cometido, pues en el baile del sábado han dejado entrar en el local a muchas personas que no son socias y atropellan a los que han satisfecho su cuota y se ven imposibilitados de bailar, como a mí me ha sucedido en la citada noche del sábado. -Julián Estévez- (Faro de Vigo, Vigo, 20/12/1881).
Nada logramos encontrar desta sociedade e pouco sabemos do resto de andaduras de Mella na súa mocidade (sen ser a que el ofrece baixo o pseudónimo Hope no texto "Contrastes" que encabeza esta Epifanía) polo que partimos con este cara a Madrid. O 17 de marzo de 1883, dous meses despois do inicio do seu desterro, descubrimos a Mella nun concorrido meeting da "Federación de Trabajadores" no teatro do Recreo de Madrid, onde se denuncia a actitude que autoridades e prensa sostiñan ante os sucesos de «La Mano Negra» en Andalucía. Atendemos á crónica, pese á confusión do acento do vigués por parte do xornalista:
El obrero Mella, con acento catalán y palabra fácil, apoya la proposición dirigiendo frases duras contra la prensa que confunde las sociedades de obreros con los sometidos en Andalucía a la acción de los tribunales, protesta contra tales periódicos y declara que la federación regional española ni conoce los medios ni los fines de aquella organización secreta. (El Bien Público, Mahón, 17/03/1883).
e poucas liñas máis adiante da conta dunha nova intervención de Ricardo:
El obrero Mella: Se ha hablado mucho de «La Mano Negra» y a la prensa se le ha olvidado examinar el estado económico de Andalucía. Allí no hay trabajo, los jornaleros se mueren de hambre. La prensa no se ha acordado de esto. El corresponsal de «La Correspondencia de España» ha dicho que los trabajadores andaluces ganan cinco reales de jornal y solo trabajan seis meses al año. ¿Puede un hombre vivir con estos recursos? Estos son los datos del corresponsal; según los unos hay jornales de 15, 20 y 30 cuartos. ¿Es posible así la vida? (El Bien Público, Mahón, 17/03/1883).
Ao mes seguinte, os traballadores logran volver reunirse, esta vez no instituto San Isidro de Madrid. Desta asemblea é posible ler varias crónicas e non poucas en diarios católicos. Optamos por reproducir a que ofrece El Guadalete. "Periódico Político y Literario" de Xerez da Fronteira, que tras comentar como se revisan as actas e se forma a mesa, sinala:
Inmediatamente después y a pesar de haberse acordado no discutir sobre la actitud de las secciones federadas de Madrid, respecto a las prisiones verificadas en Andalucía, el Sr. Mella presentó la proposición siguiente: "La federación madrileña, reunida en asamblea trimestral, después de ratificar los acuerdos tomados por los trabajadores anarquistas en el teatro del Recreo, acuerda protestar enérgicamente de las arbitrariedades que en Andalucía se cometen en las personas de honrados compañeros nuestros que no tienen más delito que pertenecer a la federación regional española". El Sr. Mella que se levantó para apoyarla, manifestó que debían aprobarse los acuerdos tomados en el teatro del Recreo, y al hacerlo, protesta contra las arbitrariedades cometidas en Andalucía. El delegado de la autoridad se levantó a su vez para protestar de la palabra arbitrariedad aplicada a las autoridades de Andalucía, y declaró disuelta la reunión. (...) Los individuos de la mesa y el Sr. Mella quedaron, por orden del delegado, esperando en el local la llegada del gobernador. Pocos momentos después se presentó el señor juez del distrito de la Audiencia, que instruyó las primeras diligencias del proceso. Dos horas más tarde, los detenidos fueron llevados al Ministerio de la Gobernación, y desde allí al Saladero. (El Guadalete, Jérez de la Frontera, 18/04/1883).
A pesar de que o seu apresamento xunto co dos outros compoñentes da mesa duraría menos dunha semana en Saladero (alcume do cárcere madrileño), esta detención (que non única) mostra como a actitude de Mella supuña unha evidente molestia para as autoridades. En novembro de 1883 (despois do Congreso de Valencia de outubro de 1883 ao que posiblemente asistiu como delegado de la Federación Local de Vigo) ubicámolo nunha nova reunión da "Federación Trabajadores" onde se discutía sobre "¿Qué organización debe darse al proletariado para conseguir cuanto antes su emancipación económico-social?". De forma misteriosa, tal e como se desprende da nova, asistiría tamén a ela Pablo Iglesias Posse (tipógrafo expulsado por traizón da Asociación Internacional de Trabajadores -AIT- e fundador do Partido Socialista Obrero Español, PSOE). Iglesias, que interveu na reunión para criticar a organización da Federación e promover a necesidade do obreiro de entrar no xogo político, abriu unha dilatada controversia que derivou semanas máis tarde nun enfrontamento cara a cara con Mella. O interese histórico desta disputa obríganos a reproducir integramente a crónica que ofrece El Guadalete:
Reunidos en un local de la Carrera de San Francisco en Madrid, se abrió el domingo la sesión a las once, y leída el acta de la anterior, es aprobada.
El compañero Iglesias continua su rectificación, comenzada en la reunión última; dice que entiende por anarquía la supresión de todo principio de autoridad y de gobierno, para convertir a este en simple administrador de los intereses colectivos, y extendiéndose en largas consideraciones sobre este punto, afirma que los anarquistas se ponen en contradicción consigo mismos, porque en el fondo de sus doctrinas anárquicas hay un principio autoritario.
Porque os creyeron autoritarios, prosigue, los compañeros Daza y Pedrote, se separaron de la Asociación anarquista. (Fuertes rumores).
Una voz: Esos son unos apóstatas. Otra: Y unos canallas. (Los socialistas y los anarquistas se dirigen mutuamente duras increpaciones. El presidente restablece el orden).
El compañero Iglesias: Los compañeros, a quienes acabo de aludir, han declarado que salieron de la Asociación por los motivos que é indicado. (Voces: fuera, fuera. Otras: que se expulse del local a los que interrumpan).
El compañero Mella: No fue por eso. (Confusión) Esos no merecen estar entre los obreros honrados, y por lo mismo fueron expulsados de nuestra Asociación.
El compañero Iglesias: Ellos lo han confesado. Mejor haría el compañero que me interrumpe en dirigir esos insultos a nuestros compañeros cuando están presentes. (Continua la confusión).
El compañero Mella: Se los dirijo aquí y fuera de aquí, y cara a cara. (Varios obreros se ponen en pie y con sus gritos y vociferaciones aumenta el alboroto).
El delegado de la autoridad poniéndose también en pie (se restablece el orden) dice: Si no se calla este señor (dirigiéndose al compañero Mella) disuelvo la reunión.
El compañero Iglesias continua defendiéndose de los diversos cargos que en la última sesión le dirigieron Ruíz, Ernesto y Nogueira. Terminada la rectificación del compañero Iglesias, el jurado nombrado en la sesión anterior para depurar si Iglesias fue o no expulsado por traidor de la Internacional, como afirmó el compañero Ruíz, pasa a dar cuenta de sus investigaciones a la Asamblea. Leído un dictamen que firman los compañeros San Miguel y Aparicio, representantes de Iglesias, y del cual resulta que no hubo tal expulsión, el compañero Aparicio pide la palabra, y expone las razones que le han movido a él y a San Miguel a dictaminar negativamente.
El compañero Mella lee otro dictamen suscrito por el lector y por Llusar, representantes de Ruíz, y en el cual se hace constar, por el contrario, que, en efecto, Iglesias había sido traidor y como tal, expulsado de la Internacional. Una voz, interrumpiendo la lectura: Ese compañero no sabe lo que dice. (Los anarquistas -el compañero Mella es anarquista- protestan y quieren salirse del salón). Restablecido el orden, Mella termina la lectura de su dictamen y el compañero Iglesias se levanta para defenderse.
El compañero Iglesias: Quiero suponer, dice, que sea cierto que el Consejo Regional de España declaró expulsados de la Internacional a los redactores de La Emancipación, y a mi entre ellos; pero cierto es también que acudimos al Consejo General y luego al Congreso del Haya, y uno y otro, revocando el fallo del Consejo regional, nos declararon miembros de la Internacional. El presidente da con esto por terminado el incidente, y levanta la sesión a las dos en punto (El Guadalete, Jerez de la Frontera, 27/12/1883).
Dada a cantidade de polémicas que se desprenden desta reunión, non vamos deternos neste volume na súa análise, mais incluímola para -ademais de incitar ao seu estudo- observar de primeira man a Mella como activista e polemista fóra do plano periodístico. Unicamente engadiremos que o debate se continuaría avivándose en sucesivas asembleas por estes e outros motivos até acabar coa expulsión de J. Nogueira, Serrano Oteiza e Mella da federación madrileña en verán de 1884.
Nese mesmo verán, malia que Mella continúa o seu desterro en Madrid, preséntase aos "Juegos Florales de Vigo" de 1884 co estudo El problema de la Emigración en Galicia, porén, en Vigo, o premio para a categoría científica á que Mella concorría quedaría deserta. Ao ano seguinte, a celebración do "I Certamen Socialista de Reus" (Barcelona, 1885), impulsaríao a enviar Diferencias entre el comunismo y el colectivismo xunto con El problema de la Emigración en Galicia e ambos escritos serían premiados polo xurado de Reus. Facemos un alto aquí para destacar como a inquietude de Mella por participar en certames legounos gran parte dos seus ensaios máis divulgados e reeditados até os nosos días (a excepción de Lombroso y los Anarquistas e La Ley del Número). Para visibilizar un pouco máis este feito e puntualizar un dato que se repite nas súas biografías, saltamos a finais de novembro de 1889. Terminado o "II Certamen Socialista" de Barcelona en honor a los Mártires de Chicago, el grupo Avant de Barcelona anunciaba que, ao non ter sido adxudicado o seu premio no devandito II Certamen, convocaba un concurso especial cun único tema "Anarquía. -Su origen, progreso, evoluciones, definiciones e importancia actual y futura de este principio social". En xaneiro de 1890 Mella sería o primeiro en facer chegar o seu estudo La Anarquía e en febreiro declarado gañador por unanimidade do xurado. Posteriormente, o libro de actas do Segundo Certamen Socialista recollería La Anarquía pero como un "aditamento" ao "II Certamen Socialista", froito deste concurso especial. Exposto este detalle para unha maior precisión da súa produción, volvemos con Mella a Madrid.
Durante a súa estadía en Madrid, Mella estivo ligado á redacción da Revista Social (Madrid, 1881-1884; Sans, 1885), pero aínda está por descubrir o verdadeiro grao de unión que mantiña tanto coa Revista, como co seu principal impulsor, Juan Serrano Oteiza. Non cuestionamos a obvia amizade entre ambos, pero pensamos que Mella puido manter a súa independencia ante disputas que se deron no núcleo da Revista Social. Unha proba disto sería a presenza de Mella en Bandera Social "Semanario anárquico-colectivista" (Madrid, 1885-1887) que nace o 15 de febreiro de 1885, fundado por unha escisión do comité de redacción da Revista Social (Enrique Borrell, Ernesto Álvarez e Francisco Ruíz) oposta a Oteiza. Malia que de forma obxectiva non podemos probar a presenza de Mella en Bandera Social até agosto de 1885, o certo é que Mella ben puido ser colaborador, entre outras razóns, porque tanto na administración coma na súa redacción podían participar cantos compañeiros enviaran escritos.
Para elucidar a un tempo o pseudónimo Hope e este vínculo que afirmamos limitarémonos a seguir a pista da serie "Contrastes". A partir de agosto de 1885, dentro da "Sección Varia" de Bandera Social achamos tres entregas de "Contrastes". Artigos en que un narrador en primeira persoa relata escenas da vida madrileña que contrastan e critican a pobreza dunhas persoas fronte á opulencia doutras. Paralelamente, o 27 de agosto de 1885, a Revista Social recolle o primeiro artigo que coñecemos de Hope "Apuntes bibliográficos. Obras Premiadas I". Neste escrito, o autor, tras explicarnos que se propón facer a crítica de cantos traballos foron premiados no "I Certamen Socialista de Reus", comeza a súa proposta co primeiro dos traballos recollidos no volume. En troques, este proxecto non chegaría a publicarse e só no último número da Revista Social (08/10/1885), localizamos a segunda entrega tamén firmada por Hope. En xaneiro de 1886 nace Acracia "Revista Sociológica" (Barcelona) que a partir de agosto publica tres entregas de "Excursiones Literarias", segundo escrito en mostrarnos o pseudónimo Hope. A inicios do ano seguinte, o 6 de febreiro de 1887, Hope emerxe de novo no inaugurado El Productor de Barcelona co conto "El pillo y el señorito" firmado en Madrid en xaneiro de 1887 e o 10 de febreiro, con "Contrastes" (texto co que iniciamos este vol. 3). Porén, este "Contrastes" de El Productor non é copia dos publicados en Bandera Social, senón unha continuación dos mesmos dado que seguimos escoitando a un narrador en primeira persoa (natural de Vigo e residente en Madrid) que refire sucesos da vida cotiá. Deixamos a Hope en Madrid e amencemos con el en abril de 1891 en Vigo. Neste mes La Vanguardia "Semanario Federal" de Vigo publica "Siluetas" (versión levemente modificada de "El pillo y el señorito") e en maio "Fatalismo de la Revolución", ambos firmados por Hope. Mais, o 14 de xuño de 1891, El Productor encabeza a súa edición con "Fatalismo Revolucionario" firmado por R. M., artigo polo cal logramos a completa confirmación da identidade de Hope con Mella. As confidencias que ofrece Hope nalgúns destes textos fan deste pseudónimo unha peza básica para coñecer ao Mella máis íntimo e literario: de aí este seguimento e o noso interese en visibilizalo.
Con respecto a Bandera Social, malia que esta publicación mantivo controversias coa Revista Social, consideramos indubidable a presenza de Mella en Bandera Social, aló menos dende o verán de 1885, como colaborador asiduo e non unicamente a través da serie "Contrastes". Así, a súa residencia en Madrid, as súas amizades nesta cidade (nomeadamente Ernesto Álvarez e Francisco Ruíz) xunto cunha lista de textos co seu manifesto estilo, lévannos a vinculalo con este semanario aínda que ninguén o fixera até agora. De feito, para nós, esta participación en Bandera Social botaría luz á súa traxectoria periodística até a aparición de El Productor en 1887.
En canto a súa vida na capital, a recta final do periplo madrileño de Mella estaría marcada pola morte de Serrano Oteiza (26/03/1886), pasamento que abriría unha nova etapa na vida de Mella. Nos seus últimos anos, Serrano Oteiza chegou a ser considerado "el odiado" por núcleos anarquistas afíns á acción directa, ao comunismo libertario ou contrarios á súa postura legalista. Por iso, Mella, que estaba unido a Oteiza polo ideal anárquico-colectivista e polo seu romance coa súa filla Esperanza Serrano Rivero, sería definido como un "pobre instrumento del director de la Revista, Juan Serrano Oteiza, de quién es futuro yerno" (El Globo, Madrid, 02/01/1884).
No entanto, aínda que a influencia de Serrano Oteiza fundamentaría a conversión anarquista de Ricardo, non cremos que este fose tal "instrumento", senón que máis ben Mella mantería a súa autonomía como demostra a súa presenza en Bandera Social. Sexa como for, tras esta morte, a residencia de Mella en Madrid estendeuse só ata verán de 1887. En maio de 1887 imparte la conferencia "El Problema de la Emigración en Galicia" no "Centro Instructivo del Obrero" ubicado na calle Montera 51 (Madrid), para pouco despois volver a Galicia durante o verán. En setembro deste mesmo ano preséntase en Villarubia de los Ojos (Ciudad Real) para unha proba de ascenso (de topógrafo interino a topógrafo 3º) e en xaneiro de 1888 é destinado a Xaén. De Madrid e da súa amizade con Serrano opinamos que, ante todo, Mella levaría até a tumba o amor a súa filla Esperanza con quen estaría unido sentimentalmente dende antes de xaneiro de 1884. Esperanza Serrano Rivero, profesora e institutriz que a finais de 1884 estableceu "un colegio primario, elemental y superior, sistema Froebel, preparación para profesoras e institutrices, y clases de idiomas, dibujo y música, en la calle de la Montera, núm. 24, 2º derecha" (La República, Madrid, 10/12/1884), sería a súa inseparable compañeira e nai dos doce descendentes da parella: Ricardo (Sevilla, 21/11/1889), Alianza (Priego- Córdoba, 24/06/1892), Alberto (Málaga, 19/02/1894), Esperanza (Vigo, 29/09/1895), Raúl (Vigo, 4/02/1897), Urania (Pontevedra, 15/11/1899), Alba (Sariego- Oviedo, 23/12/1901), Flora (Sariego, 1903), Luz (Sariego, 23/04/1905), Alicia (San Martín del Rey Aurelio- Oviedo, 11/11/1906), Mario (Vigo, 1/04/1910) y Jorge (Vigo 2/06/1913).
O 6 de febreiro de 1888, Ricardo Mella chegaría a Xaén e comezaría o seu periplo andaluz, mais iso xa é outra historia desta mesma historia que non tardaremos en continuar: até ese próximo momento visitade o apéndice ricardomellano I.